Siempre creí que el hecho de sentir
de más era lo que complicaba todas las historias, e indudablemente hasta ahora lo
sigo sosteniendo. Una vez, hace algún tiempo leí en un libro que todo exceso es
malo, incluyendo el amor; y sinceramente no puedo decir otra cosa más que no
sea que aquello ‘es cierto’. Sentir en
exceso hace mal, y mucho... y es por eso que me pregunto ¿Qué pasa cuando una
persona siente excesivamente?, ¿Qué sucede cuando no se puede dejar de sentir
de esa manera desmedida? Que alguien me diga, ¿Qué pasa con esos excesos, con
ese sentir... con esa forma inimaginable de ‘dar’ sin límites de tiempo, ni de
espacios, con el único propósito de
sentirse amados, aceptados, incluidos…? Que
alguien me explique porque todos aman – y amamos- ese dialogo interminable de
quien quiere más a quien. Esa guerra infinita del “yo te quiero más” que
prolongamos y prolongamos, hasta que uno de los dos suelta el victorioso “¡Yo
gane! te quiero más” como si queriendo de más se nos fueran a disminuir todos los problemas de
la vida… Que ilógico que aquel que salió triunfante en esa ‘batalla’, sea el
que al final termine por perderlo todo. Y no es por ser pesimista, ni mucho
menos por ser una desencantada del amor, pero aquel que sintió de más, que dio
de más, que fue de más para y por todo, es aquel que en estos momentos no sabe cómo
hacer para terminar con ese desmedido sentimiento que se le va de las manos…
Porque lamentablemente aquel que hizo todo de más, se perdió en oscuros
laberintos, y la verdad, no creo haber sido la única... Y aunque así lo haya
sido, no desprecio el sentimiento, pero si estoy en contra de la mayoría de mis
excesos…
Uno siempre disfruta ser aquel
que gana todas ‘esas batallas’, pero aquel que diga que no deseo en el fondo
que el otro fuese el del “Te gane”, miente…
Yo no se cuántas guerras habré
ganado, ni mucho menos en cuantos laberintos me habré perdido, lo importante es
que si existe la probabilidad de una nueva batalla, por dios y que termine en
un: “Los dos por igual”.
¡Qué gran verdad la última frase!
ResponderEliminarQuerer de más, querer en exceso, no hace nada más que hundirnos. También es cierto que no se puede evitar y que los eternos soñadores siempre estaremos destinados a querer de más. Sólo hace falta encontrar a una persona que te diga, 'no, los dos por igual'.
Me encanta cómo lo has descrito, es genial.
(besos con sonrisas)