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18.1.14

Sentir de más.

Siempre creí que el hecho de sentir de más era lo que complicaba todas las historias, e indudablemente hasta ahora lo sigo sosteniendo. Una vez, hace algún tiempo leí en un libro que todo exceso es malo, incluyendo el amor; y sinceramente no puedo decir otra cosa más que no sea que aquello  ‘es cierto’. Sentir en exceso hace mal, y mucho... y es por eso que me pregunto ¿Qué pasa cuando una persona siente excesivamente?, ¿Qué sucede cuando no se puede dejar de sentir de esa manera desmedida? Que alguien me diga, ¿Qué pasa con esos excesos, con ese sentir... con esa forma inimaginable de ‘dar’ sin límites de tiempo, ni de espacios,  con el único propósito de sentirse amados, aceptados, incluidos…?  Que alguien me explique porque todos aman – y amamos- ese dialogo interminable de quien quiere más a quien. Esa guerra infinita del “yo te quiero más” que prolongamos y prolongamos, hasta que uno de los dos suelta el victorioso “¡Yo gane! te quiero más” como si queriendo de más se  nos fueran a disminuir todos los problemas de la vida… Que ilógico que aquel que salió triunfante en esa ‘batalla’, sea el que al final termine por perderlo todo. Y no es por ser pesimista, ni mucho menos por ser una desencantada del amor, pero aquel que sintió de más, que dio de más, que fue de más para y por todo, es aquel que en estos momentos no sabe cómo hacer para terminar con ese desmedido sentimiento que se le va de las manos… Porque lamentablemente aquel que hizo todo de más, se perdió en oscuros laberintos, y la verdad, no creo haber sido la única... Y aunque así lo haya sido, no desprecio el sentimiento, pero si estoy en contra de la mayoría de mis excesos…
Uno siempre disfruta ser aquel que gana todas ‘esas batallas’, pero aquel que diga que no deseo en el fondo que el otro fuese el del “Te gane”, miente…

Yo no se cuántas guerras habré ganado, ni mucho menos en cuantos laberintos me habré perdido, lo importante es que si existe la probabilidad de una nueva batalla, por dios y que termine en un: “Los dos por igual”.

1 comentario:

  1. ¡Qué gran verdad la última frase!
    Querer de más, querer en exceso, no hace nada más que hundirnos. También es cierto que no se puede evitar y que los eternos soñadores siempre estaremos destinados a querer de más. Sólo hace falta encontrar a una persona que te diga, 'no, los dos por igual'.

    Me encanta cómo lo has descrito, es genial.
    (besos con sonrisas)

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